En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios”, “Y el Verbo era Dios”. “Este era en el principio con Dios”. “Todas las cosas fueron hechas por Él”. “Sin Él nada de lo que existe, hubiera sido hecho”. Juan 1:1, 2, y 3.
El verbo emite sonido y todo sonido genera energía que puede ser armónica o disarmónica con el planeta y con el organismo humano dependiendo de sus cualidades:
1. Altura (Grave, agudo o medio, según la frecuencia de las ondas),
2. Duración (Tiempo durante el cual se mantiene un sonido. Podemos escuchar sonidos largos, cortos, muy cortos)
3. Timbre (Su rasgo característico, una misma nota suena distinta si la toca una flauta, un violín, una trompeta)
4. Intensidad (Cantidad de energía acústica que contiene un sonido, es decir, lo fuerte o suave de un sonido).
La real Academia Española define Sonido como (dle.rae.es): “Sensación producida en el órgano del oído por el movimiento vibratorio de los cuerpos, transmitido por un medio elástico, como el aire”.
Gracias al oído, diferentes vibraciones son transformadas en ondas mecánicas para que el cerebro pueda traducirlas y de este modo podamos percibir sensaciones de felicidad, miedo, tristeza, de alerta y sobre todo conectarnos con el universo a través de la inspiración.
El sonido también puede medirse y su unidad de medida es el decibelio “dB”, que se utiliza para expresar el nivel de potencia o el nivel de intensidad del sonido, es decir, qué tan fuerte se escucha un sonido dentro de la escala audible del oído humano. La escala audible del oído humano empieza en los 0 dB hasta los 120 dB. Si sobrepasa los 120 dB, el valor empieza a ser peligroso para el oído humano. Para tener idea, a continuación exponemos algunos ejemplos de los niveles y potencia de sonido:
0 dB: Silencio.
10 dB: Respiración.
20 db: Susurro.
30 dB: Sonido de fondo en un campo tranquilo.
40 dB: Conversación normal.
50 dB: Actividad normal en las afueras de una ciudad.
60 dB: Sonidos de un restaurante o una oficina con cubículos.
70 dB: Aspiradora encendida, sonido de tráfico a 15 metros de este.
80 dB: Sonido de un tren.
90 dB: Tráfico pesado.
100 dB: Sonido de herramientas pesadas como una perforadora eléctrica.
110 dB: Concierto o Acto Cívico.
120 dB: Motor de un avión, juegos pirotécnicos.
130 dB: Despegue de un avión.
140 dB: Ruido en un Stadium ó auto de Fórmula 1.
180 dB: Explosión de un volcán o Despegue de un cohete.
200 dB: Bomba atómica.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el oído humano puede tolerar hasta 55 dB sin daños a la salud y ruidos mayores a los 60 decibeles podrían provocar no solo dolor de cabeza, sino también taquicardias, agitación en la respiración, parpadeos acelerados, músculos tensos y a más de 85 decibeles riesgos cardiovasculares ó incrementos de niveles de colesterol, triglicéridos y glucosa en la sangre.
Al propagarse el sonido, este transporta energía, y como la energía no se crea ni se destruye, esta se transforma en otra forma de energía, y dependiendo de la cualidad que se le asigne puede ser beneficiosa o ruin.
El sonido es el medio de comunicación principal de nuestro cuerpo humano con el resto del mundo y así como el sonido nos puede enfermar, también nos puede sanar y librar de enfermedades.
Por eso es importante pronunciar las palabras adecuadas.
Las palabras y la importancia de saber utilizarlas correctamente:
Toda palabra se cristaliza, y de esa cristalización depende que nuestro cuerpo esté libre de energías nocivas que contaminan la nuestra y nuestro entorno.
Las palabras deberían ser armónicos con el universo, es decir, pronunciar palabras positivas en todo momento. Una palabra positiva se cristalizará positivamente y una sabia combinación de palabras positivas determinarán efectos espirituales anímicos y físicos.
Una palabra negativa ensucia todo nuestro entorno, una palabra dura nos persigue y cae más tarde sobre el que la pronunció, como un rayo de venganza.
Los labios del necio provocan disputas, y su boca atrae los golpes. La boca del torpe es su ruina y sus labios una trampa para su vida. Las palabras del chismoso son bocados apetitosos, que llegan hasta el fondo de las entrañas. La muerte y la vida están en poder de la lengua, los que la aman comerán de su fruto. Proverbios 18: Ver. 6, 7, 8, 21.
El primer paso que debemos tomar es empezar a utilizar las palabras adecuadas en una conversación, como por ejemplo:
1. Abstenerse de no decir lo que es propio: Saber hablar cuando se debe hablar y callar cuando se debe callar, tan malo hablar cuando se debe callar, como callar cuando se debe hablar.
2. Siempre fomentar la verdad, toda palabra debe ser sopesada antes de articularse, porque cada palabra produce utilidad o daño.
3. Cada palabra debe ser una verdadera Sinfonía, cada frase debe estar llena de belleza espiritual.
4. Evitar el lenguaje ilícito o sucio u obsceno para evitar borrar el sentimiento de amor del corazón.
Con las palabras podemos curar, pero también matar. La Palabra es la sinfonía que sale del corazón para entonar bellos versos, pero también es el vehículo capaz de fulminar al más fuerte. Importante es cuidar los pensamientos porque de ellos dependen las palabras.
Masaru Emoto, ensayista, escritor, doctor Japonés en medicina alternativa, ha dedicado 10 años de su carrera al estudio de las cualidades sanadoras y espirituales del agua.
Así mismo, M.Emoto ha realizado experimentos sobre moléculas de agua verificando el efecto de las ideas, las palabras y la música y para poder observar el tipo de cristalización que generan, sus experimentos han sido desarrollados. Las descripciones que aparecen a continuación son los resultados publicados en su libro:
En la imagen de abajo observamos 2 fotografías microscópicas. La imagen de la izquierda, muestra resultados de agua helada expuesta a la palabra "ángel", y la imagen de la derecha muestra resultados de agua expuesta a la palabra "demonio". Como se puede observar la imagen izquierda tiene una cristalización perfecta, en cambio la estructura de la imagen derecha es oscura y amorfa, sin que aparezca formación cristalina alguna.
Se obtuvieron resultados diferentes también en otros idiomas, la palabra "Thank you" en inglés, "Gracias" en castellano, evocó similares formaciones cristalinas con la misma palabra en japonés. El resultado, una cristalización perfecta, armoniosa como se muestra a continuación:
El agua de fuentes y arroyos limpios de montaña, formó estructuras cristalinas más bellas en contraste con los cristales deformados y distorsionados formados por las muestras de agua polucionada o estancada.
El agua destilada expuesta a música clásica tomó formas delicadas y simétricas.
Agua expuesta a las palabras Amor-Comprensión:
Abajo se observa la fotografía del agua después de ser expuesta al mensaje de Amor enviada por 500 personas:
En otro experimento, se observa la diferencia entre los modelos cristalinos evocados por las palabras "Hagámoslo" y "Hazlo".Los cristales formados por las palabras "Hagámoslo" eran como hermosos copos de nieve, en cambio la palabra "Hazlo", no formó ningún cristal.
Abajo se observa el resultado obtenido del experimento al aplicar las palabras "Me das asco" en agua destilada y de igual manera al de aplicar música heavy metal.
Estos experimentos son reales, y aunque no podamos ver los efectos de las palabras, es importante entender el poder que tienen al ser pronunciadas, y que al aplicarlas sabiamente puedan sanarnos y purificarnos.
Leer poesía enriquece también el alma.
¿Será poema algún artefacto que no sirva para humanizar? Gary Daher
La música en 432Hz, nos ayuda a armonizar nuestro cuerpo
También la música que además de incluir palabras combinadas, incluye melodía también, y ambas, dependiendo de sus cualidades, pueden producir en nosotros mismos y a nuestro entorno efectos positivos o negativos.
“432 Hz vibra en los principios de la media de oro PHI y unifica las propiedades de la luz, tiempo, espacio, materia, gravedad y el magnetismo con la biología, el código del ADN y la conciencia. La afinación natural a 432 Hz tiene efectos profundos en la consciencia y también en el nivel celular de nuestro cuerpo. Por la re-sintonización de instrumentos musicales y el uso de la afinación de concierto a 432 Hertzios en vez de 440 Hertzios, tus átomos y el ADN empiezan a resonar en armonía con la espiral de PHI de la Naturaleza.” (Brian T. Collins).
Artículo relacionado: "Cuando las Matemáticas se convierten en Arte" (Explica sobre el origen del número de oro PHI): (https://fraccionaurea.blogspot.com/2019/05/cuando-las-matematicas-se-convierten-en.html)
La nota LA afinada a 440 Hz sólo llega a 8 armónicos, en cambio cuando la nota LA está afinada a una frecuencia de 432 Hz, fácilmente llega a 12 armónicos. La música afinada a la frecuencia de 432 Hz es armónica y compatible con la frecuencia del universo que la música a una frecuencia de 440 Hz.
A principios del siglo 20, a pesar de la insistencia de varios compositores de música tanto franceses como italianos apoyados por el Conservatorio de París en mantenerse a una frecuencia de 432 Hz, se instituye normar (ISO 1953) la frecuencia a 440 Hz como frecuencia estándar para la fabricación de instrumentos, composiciones y orquestas de todo el mundo.
La música en su mayoría está ajustada a la nota LA 440 Hz. Sin embargo, estudios sobre la naturaleza vibratoria del universo indican que la frecuencia 432 Hz vibra en los principios de la media de oro PHI y unifica las propiedades de la luz, tiempo, espacio, materia, gravedad y el magnetismo con la biología, el código del ADN y la conciencia; lo que favorece muy bien con efectos positivos en las personas y su entorno.
Las obras de música clásicas fueron compuestas basadas en un tono La 432 Hz. Es por eso que escuchar a Mozart contribuye a incrementar la inteligencia, otorga armonía interna e intuición. La música es capaz de mover grandes cantidades de energía. Escuchar música a una frecuencia de 432 Hz tiene efectos positivos profundos sobre la consciencia y el cuerpo humano, además que comienza a sentir calma y relajación; pero a 440 Hz el cuerpo se tensa, hace sentir inseguridad, miedo, angustia y desórdenes internos.
Abajo se observa el resultado obtenido del experimento al aplicar musica a una frecuencia de 432Hz. Se ven resultados armónicos.
Abajo se observa el resultado obtenido del experimento al aplicar musica a una frecuencia de 440Hz. Se ven resultados poco definidos.
Existen programas que permiten ajustar la frecuencia a 432Hz. En el siguiente enlace, podrán descargar Audacity, software de libre distribución: https://sourceforge.net/projects/audacity/
Para transformar la frecuencia a 432Hz:
1 – Seleccionar Abrir archivo de música, Seleccionar todo.
2 – Hacer click Efecto, luego Cambiar tono.
3 – Cambiar de velocidad (En semitonos (medios-pasos) escribes el valor : -0.32, y en cambio porcentual escribes el valor: -1,818).
4 – Luego presionar Aceptar.
Se recomienda exportar el archivo, en formato Wav para no perder sus propiedades.
Para formato mp3, establecer una tasa de bits igual o superior a 192kb/s.